Nada es lo que parece

La opinión de Diego Jalón como cada viernes en TRIBUNA

Diego Jalón Barroso
Viernes, 21, Junio, 2024
Destacado

"Esto no es lo que parece" es esa socorrida frase que se dice cuando te han pillado robando en una granja con un cerdo en brazos, o desnudo en la intimidad del dormitorio con un tercero ajeno al matrimonio. Pero decir "no es lo que parece" es en el fondo confirmar que sí lo es, un vano intento de negar lo evidente.

Decía Sánchez en su primera carta a los españoles que "Begoña defenderá su honorabilidad y colaborará con la Justicia en todo lo que se la requiera para esclarecer unos hechos tan escandalosos en apariencia, como inexistentes". O sea, que esto no es lo que parece. Y aunque pueda parecer escandaloso, en realidad no existe. "¿A quién vas a creer a mi o a tus propios ojos?", que decía el Marx inteligente en Sopa de Ganso.

Nada es lo que parece. Begoña no tiene trato con el dueño de Air Europa, aunque se había organizado un viaje a Georgia con él, con Ábalos, con Koldo y con Aldama en plenas negociaciones con el Gobierno para el rescate millonario de la aerolínea, según publica El Confidencial. Ese diario al que, sin atreverse a nombrarlo, Sánchez califica de pseudo medio "ultraderechista" y que aporta documentos y correos electrónicos de los preparativos del vuelo.

Begoña tampoco registró el software que le habían diseñado por la patilla Telefónica, Indra y Google, aunque resulta que es público el documento del registro a su nombre en la Oficina Española de Patentes y Marcas. No es lo que parece, son sólo, según Sánchez, supuestas informaciones: "Subrayo lo de supuestas informaciones porque, tras su publicación, hemos ido desmintiendo las falsedades vertidas al tiempo que Begoña ha emprendido acciones legales para que esos mismos digitales rectifiquen lo que, sostenemos, son informaciones espurias".

Pero no hay un solo medio de esa "constelación de cabeceras ultraconservadoras" al que un juez haya obligado a publicar una rectificación, ni consta que el presidente o su esposa hayan interpuesto una querella contra ninguno de estos medios por publicar esos bulos tan perjudiciales para el honor de Begoña, "que vive con impotencia el fango que sobre ella esparcen día sí y día también".

Una impotencia difícil de explicar en quien cuenta con todos los medios del Gobierno para defenderse ante informaciones falsas, que podrían ser constitutivas de delito de injurias o calumnias, y por lo tanto objeto de condena penal. Porque esa parte del Código no la ha eliminado todavía Sánchez para satisfacer a sus socios independentistas. ¿Las informaciones son falsas? Pues te vas al juzgado, pones una denuncia y ya se encargará el juez de resolverlo, como dice Puente que va a hacer con el saco de mierda.

Pero no es tan fácil, porque los jueces también son fascistas. Al menos eso parece, según dice el Gobierno cuando sus decisiones no le favorecen. En esto tampoco las cosas son tan sencillas. Veamos por ejemplo qué opina de las decisiones del Tribunal Constitucional Bolaños, ministro de Justicia de un Gobierno que lleva meses arremetiendo contra algunos jueces: "El Partido Popular ataca a los tribunales, hoy al Tribunal Constitucional, cuando las resoluciones judiciales no les gustan. Y eso es muy peligroso para nuestra democracia, para nuestro estado de derecho y dice muy poco de su respeto por las instituciones y por la democracia en nuestro país". Esto fue el miércoles pasado.

Pero esto es lo que dijo en diciembre de 2022 sobre otra decisión del Constitucional: "Lo ocurrido hoy es de una gravedad máxima. La decisión más grave del Constitucional ha sido adoptada en un tiempo inusualmente breve y con la mayoría más exigua. El Tribunal Constitucional ha detenido la acción legislativa de los representantes legítimos del pueblo español. Algo que no ha sucedido nunca en los últimos 44 años y que afecta a los fundamentos de la separación de poderes y de nuestra democracia".

Y todo porque ordenó aplazar una votación en el Senado. Claro que entonces no lo presidía Conde Pumpido. Pero lo que parece evidente, y así se desprende de las palabras de Bolaños, es que, por un lado, si el PP critica las decisiones judiciales, se pone en peligro la democracia. Y, por otro, si el Constitucional no da la razón al Gobierno, el peligro para la democracia es nada menos que el propio Tribunal. Claro que, seguramente, esto tampoco es lo que parece.

Y es que España es un país en el que nada es lo que parece. Porque, aunque aumenten cada año los niveles de pobreza y el riesgo de exclusión social, y crezca el porcentaje de ciudadanos que padecen carencia material severa, con dos millones de niños en riesgo de pobreza según Unicef, resulta que va como un cohete. Supongo que de esos que venden en las tiendas de pirotecnia, no de los que van a la Luna.

Tampoco son lo que parecen los tejemanejes de mienmano para cobrar en España un jugoso sueldo público por un trabajo al que no acude y que declara en Portugal, donde no reside. Ni lo es una negociación singular con Cataluña, porque resulta que es compatible con una negociación multilateral con todas las comunidades. Ni parece incompatible para un partido predicar la solidaridad con quienes menos tienen con defender una mejor financiación para los más ricos.

España es un país en el que gana las elecciones el que consigue menos votos y en el que se negocian, a cambio del dinero de todos, apoyos para una presidencia a la que nadie quiere presentarse. Un lugar diminuto en el universo infinito en el que lo que podría ser una sesión de investidura acabará siendo un "acto equivalente". Un sitio en el que Puigdemont nos explica vía tuit que dar más dinero a Cataluña es "un chantaje" y que "los chantajes son inadmisibles".

España es un país en el que el Rey tiene que recordar la importancia de ser coherente, "que es base de la integridad e implica ser fieles a nuestros compromisos y valores en todas nuestras decisiones y actos. Implica esforzarse en escuchar, en discernir lo que es correcto de lo que no lo es". Un país en el que Don Felipe parece ya el único que, como decía Kipling en su If, es capaz de "mantener la cabeza en su sitio cuando todos a su alrededor la han perdido".

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