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Los palentinos han renovado este 2 de septiembre la tradición de beber el agua de la Cripta de San Antolín, en el día del patrón, en que se han repartido más de 6.000 vasos de agua bendecida y con las peñas en procesión con el santo como se hacía en los años 80 del siglo pasado.
La vicepresidenta de la Junta de Castilla y León y consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, ha asistido a los actos del día del patrón, acompañando a la alcaldesa de Palencia, Miriam Andrés, la presidenta de la Diputación provincial, Ángeles Armisén, y el consejero de Economía y Hacienda, el también palentino Carlos Fernández Carriedo.
La procesión cívica se ha desarrollado desde el Ayuntamiento hasta la Catedral de San Antolín, donde el obispo Mikel Garciandía Goñi, ha recibido a las autoridades y ha bendecido la imagen de Santo, -una imagen-relicario en plata, fechada en 1761, obra de Luis García de Coca, platero de Salamanca-, que, por primera vez, después de muchas décadas ha vuelto a salir en procesión por el exterior del templo portada por peñistas.
En su primera Eucaristía de la fiesta de San Antolín, el obispo de Palencia ha hablado de seguir a Jesús para no extraviarse y acertar en el camino, de amor y servicio frente a orgullo, narcisismo y egocentrismo, de vencer la tentación de convertirse en el centro "en un momento social y cultural, que nos empuja a vivir obsesivamente centrados en nosotros mismos, lo nuestro, los nuestros".
"Se trata de esto, vivir bien, de hacer pueblo, de tejer comunidad, de acoger a los que nos vienen, de sanar a los heridos, de curar ceguera y sordera, de compartir y servir. Que nuestras fiestas de este año sirvan para arrancar nuestro curso pastoral con hondura, con esperanza, con amor", ha añadido monseñor Garciandía.
Además, este año, como novedad se han vuelto a mostrar las reliquias del patrón, que se guardan en la capilla de San Jerónimo, ante las que se han postrado primero el obispo de Palencia y después el resto de autoridades encabezadas por la alcaldesa de la ciudad.
"Celebramos en este año, la cuenta atrás de diez años para el milenario de la llegada de las reliquias de San Antolín a nuestra catedral, que Dios mediante, se cumplirá el año 2034. El rey Sancho III de Pamplona, trajo desde Pamiers las reliquias de quien aquí ya recibía culto en la época visigoda. Todo ello nos habla del arraigo del culto cristiano católico en nuestra diócesis", ha manifestado monseñor Garciandía.
El prelado ha puesto a San Antolín como ejemplo e inspiración para "luchar contra los ídolos y sucedáneos que humillan la vida", para "aceptar que no hay posibilidad de vivir a la defensiva, atesorando, acumulando, temiendo" y saber que "sólo cabe arriesgar, apostar, salir a luchar por el Reinado de Dios en la historia".
Después se ha procedido a renovar la tradición de bajar a la cripta de San Antolín para beber el agua bendecida. Primero las autoridades y después el resto de palentinos que han guardado cola pacientemente para honrar a su patrón.
A su disposición, 6.000 vasos y 400 litros de agua bendecida para mantener viva una tradición que los palentinos renuevan cada dos de septiembre en honor al patrón de la ciudad, San Antolín. EFE