Las tres empresas cementeras de Castilla y León, dos ubicadas en León y una en Palencia, han reducido en un 46,20% el uso de combustibles fósiles, seis puntos por encima de la media nacional.
Así se ha puesto de manifiesto en una jornada de la Fundación Laboral del Cemento y el Medio Ambiente (CEMA) sobre 'La descarbonización del sector cementero en Castilla y León', celebrada en Palencia.
Las tres fábricas cementeras de la comunidad, Cementos Tudela Veguín en La Robla (León), Votorantim Cementos en Toral de los Vados (León) y Cementos Portland Valderrivas en Hontoria de Cerrato (Palencia), han presentado los proyectos de descarbonización más recientes que han acometido.
La mayor parte de ellos pasan por el uso de combustibles derivados de residuos, principalmente biomasa, y por tanto neutros en sus emisiones de CO2.
De esta forma, la industria cementera castellanoleonesa ha recuperado desde 2004 más de 6 millones de toneladas de residuos, equivalentes a 1.300 piscinas olímpicas.
Sólo en 2022, último año con datos oficiales cerrados, las tres fábricas de cemento de la región recuperaron 93.968 toneladas de residuos, lo que evitó la emisión a la atmósfera de casi 130 toneladas de CO2.
En las estrategias de descarbonización de cada compañía, los tres directores de las factorías han citado otros ejemplos como la aplicación de sistemas de gestión de la energía, el uso de materias primas descarbonatadas, el desarrollo de cementos bajos en carbono o el uso de fuentes renovables de energía, como los parques fotovoltaicos en los recintos de las fábricas.
La jornada también ha dejado espacio, en una mesa redonda, para abordar las tecnologías CAUC ? captura, transporte, almacenamiento geológico y usos y transformación del CO2 ?, considerada como la única vía para alcanzar la completa descarbonización de la industria cementera.
El reto está en las emisiones derivadas del proceso de fabricación del clínker, material base del cemento. No en vano, el 66% de las emisiones que genera la fabricación del cemento tienen que ver con dicho proceso, en el que se produce la descarbonatación de la piedra caliza.
En este ámbito existen ya casi 400 proyectos presentados en todo el mundo, aunque España carece todavía de una estrategia que incluya el desarrollo de estas tecnologías, lo que pone en riesgo la competitividad del sector cementero en el futuro.