La fuerte lluvia que ha caído sobre Madrid no ha impedido la celebración este sábado del desfile del Día de la Fiesta Nacional, aunque se ha acortado su duración, y los ciudadanos que, desafiando el mal tiempo, se han acercado hasta el Paseo del Prado, no han podido disfrutar del paso de los aviones ni del salto paracaidista.
El desfile ha estado presidido por los reyes Felipe y Letizia, acompañados de la princesa Leonor, vestida con el uniforme de guardiamarina de la Escuela Naval.
En total, 4.092 efectivos de las Fuerzas Armadas, de ellos, 473 mujeres, 166 vehículos motorizados y 210 caballos han recorrido bajo la lluvia los 1.540 metros que separan la Plaza de Carlos V, en Atocha, de donde ha partido el desfile, y la Plaza de Colón, punto final del mismo. La lluvia y la nubosidad han impedido que lo hicieran las 85 aeronaves (56 aviones y 20 helicópteros) que estaba previsto que participaran en el desfile aéreo, entre ellos los de la 'Patrulla Águila' que cada año pintan los cielos de Madrid con los colores de la bandera nacional.
Tampoco los asistentes han podido disfrutar de la Patrulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire y del Espacio (Papea). Estaba previsto el salto de dos cabos, uno portando la bandera nacional y otro la enseña conmemorativa del 10º aniversario de la proclamación de Felipe VI.
Se ha esperado hasta poco antes del inicio del acto para tomar la decisión de cancelar la exhibición aérea por si mejoraban las condiciones meteorológicas.
En el momento de mayor virulencia de la lluvia cuando ya habían desfilado aproximadamente la mitad de las unidades, se ha podido ver como el rey conversaba con Sánchez, Robles y el Jemad para entre todos ellos sopesar la posibilidad de interrumpir la parada militar, aunque finalmente se ha decidido seguir adelante.
Este año el desfile ha querido rendir homenaje a los militares españoles que participan en misiones de paz en el extranjero, especialmente a los que están desplegados en Líbano integrados en la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano (Unifil).
Así, la bandera de la ONU, escoltada por un piquete, ha participado por primera vez en la parada militar.
También como novedad se han incorporado las banderas de Eslovaquia, Eslovenia, Portugal y Chequia, países que junto a España forman uno de los ocho grupos de combate que configuran la brigada multinacional en la misión der la OTAN encargada de la disuasión en el flanco este.
Los reyes han llegado alrededor de las 11:00 horas a la Plaza de Neptuno, donde se ubicaba la Tribuna Real y, tras recibir honores militares, don Felipe ha pasado revista al Batallón de Honores. Posteriormente, los monarcas han saludado a las autoridades, encabezadas por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la ministra de Defensa, Margarita Robles, y el jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad), almirante Teodoro López Calderón. También han saludado a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y al alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida.
Al acto han asistido todos los ministros, excepto la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y las ministras de Igualdad, Ana Redondo, y Juventud e Infancia, Sira Rego.
Asimismo han acudido la práctica totalidad de los presidentes autonómicos, salvo, como viene siendo habitual, el lehendakari vasco, Imanol Pradales; y en esta ocasión, el de Canarias, Fernando Clavijo, que ha excusado su asistencia, y el de Melilla, que ha seguido los actos de la Fiesta Nacional en la ciudad autónoma. En contra de la tendencia de los últimos 14 años, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, sí ha estado presente.
Tras el izado de la bandera nacional y el homenaje a los que dieron su vida por España, en el que el rey y la princesa de Asturias han depositado una corona de flores, ha comenzado el desfile terrestre con el paso de las unidades motorizadas encabezadas por la sección de motos de la Guardia Real. En total, 117 vehículos, 49 motos y 210 caballos.
Este año la legión ha marchado a paso ordinario y no rápido como suele hacerlo para acelerar el desfile, ya que de esta manera no hace falta dejar tanto espacio entre unas unidades y otras.
No ha faltado su mascota, que en esta ocasión ha sido un borrego macho de seis kilos, de nombre Killo.
Una vez finalizada la parada militar, los reyes Felipe y Letizia y la princesa de Asturias se han trasladado al Palacio Real para la tradicional recepción a las altas autoridades del Estado y a representantes del mundo político, económico, social y cultural.
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