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Cuando ya no quedaba tiempo y el partido parecía destinado a terminar en empate, en medio del agobio que estaba imponiendo el Paris Saint-Germain, una contra culminada por Ángel Correa supuso el tanto de la victoria (1-2) para el Atlético de Madrid. Este gol relanza las opciones de los españoles en la Champions League y deja en una situación comprometida al equipo de Luis Enrique. El tanto del argentino, tras el cual ni siquiera se sacó de centro, fue un premio fantástico a la labor defensiva de los dirigidos por Diego Simeone, que con solo tres disparos a puerta lograron una valiosa victoria.
El triunfo coloca al conjunto rojiblanco en el puesto 13 de la clasificación con seis puntos, mientras que el PSG se encuentra en una posición complicada, con solo cuatro puntos en el puesto 26 y un durísimo calendario por delante. Ahora los colchoneros tienen en su horizonte tienen al Sparta de Praga, el Slovan de Bratislava, el Leverkusen y el Salzburgo.
El gol de Correa fue providencial para un Atlético que se defendió bien y que logró empatar el tanto inicial de Warren Zaïre-Emery con un gol de Nahuel Molina. Con esta igualdad y una destacada actuación de Jan Oblak, lograron aguantar el asedio del PSG, que sigue careciendo de un goleador nato y, por segundo partido consecutivo, no pudo ganar en el Parque de los Príncipes a pesar de haber creado muchas ocasiones.
Diego Simeone planteó una batalla defensiva frente al PSG, que dominó la posesión del balón y creó muchas ocasiones, especialmente en la segunda mitad, pero que, como es habitual en Europa, no pudo materializarlas. El Atlético no buscó tener el balón, sino que salió con las líneas bien prietas, con una disposición táctica destinada a neutralizar a los jugadores del PSG. Aceptando el reto, el técnico argentino enfocó el duelo por las bandas, con Javi Galán y Conor Gallagher respondiendo a Ousmane Dembelé, mientras que Nahuel Molina y Giuliano Simeone se encargaron de Bradley Barcola en el otro costado.
El peso del partido se desarrolló principalmente por el costado derecho del ataque parisino, con un activo Dembelé que fue el mayor peligro para la defensa atlética. El primer gol llegó en el minuto 14, tras un clamoroso error de Lenglet en el área, que permitió a Dembelé centrar cómodamente a Zeïre-Emery, quien marcó con una calma asombrosa ante Oblak. Sin embargo, el Atlético empató rápidamente, cuando una serie de imprecisiones de la defensa parisina dejó el balón en buena posición para que Nahuel Molina marcara tras un disparo de Simeone rechazado por Donnarumma.
En la segunda mitad, el Atlético salió con las líneas más adelantadas, dispuesto a llevar el partido al área francesa, lo que hizo que el duelo cobrara viveza en ambas áreas. El PSG encontró más espacios y puso a prueba a Oblak en varias ocasiones, pero el portero esloveno estuvo impecable. La falta de puntería del PSG frustró sus esfuerzos ofensivos, mientras el Atlético fue retrocediendo, dejando la iniciativa a los franceses y apostando por un contragolpe. En medio de la presión y cuando el partido estaba a punto de finalizar, llegó el milagro de Correa, que redimió al Atlético en Europa y selló una victoria crucial.